Aprendí que mi propósito es al que me debo cada instante sucediendo y si lo acepto sin juicios, resistencias, ni justificaciones me encuentro con Dios y surge de mi interior paz y entendimiento.
Mi propósito es elegir la aceptación total del momento como llegue, ya no quiero ser mejor, ni que mis situaciones sean mejores, de cualquier forma soy y hago lo mejor que puedo en cada oportunidad que se me presenta. Ya no me recrimino por mis resultados o por mis metidas de pata, bueno, a veces todavía… es la costumbre…en ocasiones me puedo reír de mi misma, es divertido dejarme de tomar tan en serio.
Ahora mi propósito es una elección de quien quiero ser y cómo quiero diseñar y planear mi año, elegí ser amor y abundancia, esa es la intención a la que me quiero anclar para hacer todo lo que hago, es el contenido que le está dando forma a mi vida, a mis relaciones, a mi planificación anual, mensual, semanal, de cada día y de cada instante.
Cada mañana quiero dejarme guiar por Dios, escucharlo más, en mis oraciones agradecer el amor y la abundancia que hay en mi vida, entregarle mis pensamientos, mis emociones y acciones, también todo eso que no comprendo y me roba la paz.
Mi intención es empezar a darme lo que quiero que otros me den, dejar de exigirle a los demás tiempo, atención, escucha, comprensión, compasión, empezar por ofrecerla a los demás y a mí misma. Disfrutar la compañía y a quienes son parte de mí, sin querer que sean diferentes, soltar el control y confiar en que cada uno tiene que vivir su propio proceso.
Ya no quiero un mejor cuerpo, ya lo tengo, quiero agradecerlo y cuidarlo, honrarlo, amarlo y respetarlo, mantenerme sana y en forma. Decirme cosas lindas frente al espejo aceptando mi edad e imperfecciones, esas que son parte de mí y que me hacen única.
Quiero que mi trabajo sea una expresión del amor y la abundancia, saber que estoy eternamente sostenida y confiar que se me dirá lo que debo hacer para un bien mayor. Quiero anclarme y recordar mi propósito cuando el miedo o el desanimo se apoderen de mí; cuando los ingresos no sean suficientes o las cosas no me salgan como las imagine, cuando mis creencias limitantes me inviten a renunciar, dudar o a detenerme… quiero disfrutar de lo que hago, y recordar que la vida es un instante como para trabajar padeciendo o compitiendo.
Mi vida no es perfecta, es como debe ser y la tuya también…Deseo que este año que recién inicia tus propósitos y los míos inunden de amor al mundo y que en lugar de iniciar la tercera guerra mundial iniciemos una revolución de amor, es nuestra responsabilidad y nuestro poder. Feliz año 2020!
Lourdes Buentello